Mis primeros recuerdos de Héroes del Silencio provienen de su primer sencillo, Héroe de leyenda (1987), paseando con mis padres y mi hermano por las calles de Moratalla, en un caluroso verano. Sonaba por doquier en los pubs, y llegaba hasta las calles y llamó enseguida mi atención. Sin embargo, la canción que más impresionó en esos primeros años de andanza del grupo de Zaragoza fue Fuente esperanza, integrada en su excelente disco El mar no cesa (1988). Con ese sonido inigualable de los arpegios imposibles tocados por un Juan Valdivia que, bajo mi inexperta opinión de incipiente guitarrista por aquel entonces, suponía agobiado por tan exigente trabajo, Fuente esperanza reflejaba el carácter de esta banda, posiblemente la más grande del rock español en toda su historia. Un compañero de clase en el instituto me dijo una vez que no le gustaban esos primeros discos de Héroes del silencio, que parecían la rondalla de un pueblo. Algo de razón tenía echando un poco la vista atrás, pero aún así resultaron insuperables23. FUENTE ESPERANZA (1988)
HÉROES DEL SILENCIO