Prince no era santo de mi devoción, musicalmente hablando, claro, pero reconozco su genio, y su inigualable talento. El menudo guitarrista de Minneapolis consiguió llamar mi atención con esta canción, aunque no cumple prácticamente con ninguno de los criterios que normalmente me atraen de un tema. Y eso es precisamente lo especial de Purple rain. Es de esas canciones que cada vez que las escuchas te gustan más. Produce ese extraño efecto que no es más que el reflejo de la realización de un producto musical excelente que no se consigue apreciar en su totalidad hasta que no se ha experimentado muchas veces. Hasta siempre, Prince, te echaremos de menos.95. PURPLE RAIN (1984)
PRINCE